21 de enero de 2010

Hermosa costanera

Hace unos años el intendente de la ciudad de Villa María, Miguel Veglia, tuvo la feliz idea de ordenar la costanera de la ciudad. Lo hizo en toda su extensión. Abrió calles, limpió las márgenes, implantó asadores, mesas y bancos. De punta a punta repito.
Para hacer los asadores y los elementos de cemento solicitó la colaboración de los vecinos con una idea ingeniosa. Ofreció asador, mesa, pie de mesa y banco a un precio de $5 mas dos bolsas de cemento por cada una de las piezas. Esto hacia que la segunda bolsa se utilizara para los "muebles" que implantaría en la costanera. Creo que tuvo muy buena aceptación y colaboramos muchos. La propuesta era saludable. La construcción de los mismos se realizó en los talleres de la municipalidad.
Todos aquellos que pusimos nuestro granito de arena en este emprendimiento, nos vimos defraudados en el tiempo y por los gobiernos subsiguientes.
No hicieron el mantenimiento de esa magnifica obra. Muchas mesas y/o bancos se hundieron y asi quedaron, menospreciando el esfuerzo conjunto de la población. Una gran pena nos invade a todos los colaboradores.
Como burla mayor se reconstruyó dos veces un tramo que desde el balneario hasta el anfiteatro, con presupuestos millonarios. $8.000.000 el útimo, realizado por empresas foráneas que no conozco, porque se niegan sistemáticamente a rendir cuentas sobre esto.
De aquella obra inmensa, económica y aceptada por todos se pasó a tener unas pocas cuadras, sin asadores.
El resto está absolutamente olvidado, con la calle intransitable, hay lugares que hasta cuesta hacerlo a pie.
Recuerdo que los peluqueros de la ciudad tomaron un predio, hoy inaccesible, que era una postal del paraíso.
Es lamentable que se continúe con el sistema de olvidar lo que hicieron los gobiernos anteriores y se exalte lo poco que se hace.
Algo así como espejitos para los indios.
Mostrar y hacer cáscara con lo pequeño e inútil, ocultando lo inmenso y necesario.
Espero que los próximos responsables de la administración municipal recuperen la cordura y disminuyan su ambición personal.